Sed vosotros mismos, sed nómadas
En cuanto a conocimiento acumulado, y a avance tecnológico, la sociedad del siglo XXI ha conseguido alcanzar cotas nunca antes soñadas, por lo que, a priori, cada vez nos acercamos más y más a un estado de confort total. Nos hemos alejado de los peligros, pero también, en muchos casos de una evolución que nuestra propia forma de ser nos demanda, por dentro. Nos hemos vuelto seres inmóviles, seres que viven el día a día (sin vivir el momento), pero sin pensar en un futuro más brillante, sin pensar en que las cosas pueden cambiar global y personalmente.
Sin embargo, ese ser descontrolado que llevamos dentro no nos dejará mucho más tiempo continuar siendo así, ya que, como digo, está en nuestra forma de ser el movimiento, lo dinámico, y sobre todo, la voluntad de ser cada vez vez mejores. ¿Qué es eso? No es más que lo que conocemos como vivir, mucho más que un corazón latiendo. La realidad actual nos adormece, y nos aleja de la perfección a la que aspiramos, y que por otra parte, nunca conseguiremos alcanzar. Si nosotros hemos llegado a ese punto, el mundo no lo ha hecho. El mundo de siempre sigue ahí fuera, crudo y frío, esperando vernos caer, pero también viéndonos triunfar, aunque nuestro éxito sea efímero.
La clave está en ser lo que nuestra naturaleza pretende de nosotros, ser nómadas, vivir y sentir la realidad cambiante, y no aferrarnos a ideas vacías fabricadas a base de errores. Pero amigo, salir de esa realidad cotidiana en la que te puedes encontrar inmerso puede no ser una tarea fácil. Hay que alcanzar una mayoría de edad que no tiene nada que ver con nuestra edad de nacimiento, ni con cómo nos tratan los demás, pues la mayoría de edad no es más que alcanzar la capacidad de valernos por nosotros mismos. Sólo en ese momento de mayoría de edad podremos salir al mundo, romper la cotidianidad. También implicar conocernos a fondo y decidir qué queremos ser una vez tengamos ese poder.
Ser nómada implica esa voluntad de poder, esa fuerte ambición de lograr nuestros deseos y de sentir que pertenecemos a ese lugar en el que nos encontramos, aunque como buena realidad nómada, deba ser totalmente cambiante. Se trata, pues de llevar hasta el fin último el completo deseo de vivir y de no parar de crecer. Se pueden experimentar distintas realidades, pero siempre con el objetivo puesto es la obtención de esa perfección. Como decía antes, el mundo no te va a esperar, y tú puedes llegar a no encontrarte nunca. Enriquécete, y sobre todo, sé nómada. La vida, es para vivir.
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